La tendencia de utilizar las bombillas desnudas en lugar de lámparas completas, está llevando a los fabricantes a romperse la cabeza para diseñar modelos que por sí solos sean decorativos además de originales. Con la bombilla de filamento viviendo sus últimos bailes, la gran beneficiada de este resurgir estético es la bombilla de bajo consumo, que comenzó a exhibir su proverbial fealdad en los lineales hace unos años.
De aquellas bombillas grandes, pesadas y realmente poco estéticas, que incluso resultaban difíciles de integrar en muchas luminarias, hemos pasado a verdaderas bellezas que juegan con la luz y las formas con un resultado increíble.
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