Única y exclusivamente los japoneses podían inventar algo así. Se trata de una máquina que emite tus besos por Internet para que tu pareja al otro lado reciba los impulsos en su propia boca y, así, tener una experiencia lo más parecida posible a todo un besito con lengua. Si la otra parte también mueve la lengua repercute en tu boca.
Viendo el vídeo se entiende perfectamente el funcionamiento de este invento para parejas a distancia, incluso con diferentes husos horarios ya que puedes grabar el morreo y reproducirlo en cualquier momento. Lo que quizá falte sea algo más parecido a una lengua (textura, humedad, etc.). Por lo demás, los usos son tan amplios como la imaginación humana. ¿Quién ha dicho que el aparato sólo pueda ponerse en la boca del receptor? Este invento puede cambiar para siempre el concepto de “cibersexo”. Cada vez vamos a necesitar menos el contacto humano, ya ni para esto.
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